Por: Nathalia Argüello/Juanita Hernández Vidal – Estudio Legal Hernández
El 6 de agosto de 2020 el Director del IPSE, Pedro Antonio Bejarano Silva, presentó a los estudiantes de la Maestría en ‘Energía y Sostenibilidad’ de la Pontificia Universidad Javeriana, los retos y oportunidades que tiene hoy en día la Colombia no interconectada para lograr soluciones académicas que puedan ser reflejadas en la práctica para desarrollar proyectos viables en las zonas rurales.
Los retos energéticos para el año 2030 para las zonas interconectadas se enmarcan en los siguientes factores:
- Tener un mayor acceso a la electricidad por parte de las personas que habitan en las zonas rurales.
- Acceso a una cocina limpia y digna.
- Contar con mayores proyectos de energías renovables que ya se encuentren en funcionamiento.
- Hacer uso de las energías no contaminantes.
- Hacer que la energía se vuelva eficiente.
En el entendido que el IPSE debe ser el planificador de soluciones energéticas, la estructura que utiliza en virtud de la recopilación de información es de la fuente primaria, es decir, de las poblaciones y usuarios rurales, y se realiza con el objetivo de buscar soluciones amigables con el medio ambiente y de integrar la participación de las comunidades. Para el año 2030, el Instituto tiene como meta lograr la universalización energética sostenible en la Colombia No Interconectada, de tal modo que se integre y se transforme en territorios empoderados por parte de las comunidades.
Estas soluciones energéticas sostenibles permiten mejorar la calidad de vida de las Zonas No Interconectadas – ZNI, propender por asegurar un medio ambiente sano, facilitar la transformación de la matriz energética, contar con medidas efectivas y duraderas y, a su vez, articular la particularidad y el contexto especial de las Zonas No Interconectadas.
En cuanto a la demografía colombiana, este país se caracteriza por tener una gran riqueza multicultural y pluriétnica que, en muchos casos, son poblaciones que se encuentran aisladas de las zonas urbanas. Teniendo en cuenta que el 53% del territorio colombiano se caracteriza por ser no interconectado, se plantea que la riqueza geográfica donde se encuentran ubicadas estas poblaciones debe aprovecharse con el objetivo de cerrar las brechas de acceso a la energía y situaciones socioeconómicas.
Por esto, el IPSE proyectó la cadena de valor que vincula a los diversos actores con competencias complementarias:
En primer lugar se encuentra la comunidad, la cual debe promover la creación de capacidades y competencias para buscar soluciones integrales a nivel local que contribuyan a la cadena de valor, haciendo uso de energías renovables que permitan adaptar y enseñar a su comunidad sobre las nuevas tecnologías energéticas, de tal manera que puedan apropiarse de las mismas.
En segundo lugar se encuentran los actores privados, cuya intervención es importante dentro de la cadena de valor para sobresaltar el alcance de los proyectos en las ZNI. Con esto se logra la electrificación del transporte y respaldo de las FNCER, la obtención de sistemas óptimos de almacenamiento de energía, la creación de micro redes inteligentes en las zonas y, finalmente, permite hacer uso intensivo de las TICS y de los sistemas eficientes de las comunicaciones.
En tercer lugar están los ‘otros actores’. Estos agentes se deben encargar del cumplimiento de leyes y protocolos ambientales nacionales e internacionales, por medio de los cuales se viabilice la reducción de la huella de carbono y se obtenga mitigar los impactos del cambio climático con la participación local, regional y nacional.
Por último, se encuentra la academia. En este punto es importante recordar que la intervención del Director del IPSE estaba citada para una audiencia especial y son los estudiantes de la maestría de Energía y Sostenibilidad de la Javeriana, en este sentido, quienes deben fomentar las tecnologías para incrementar horas de servicios, buscar mejora AOM en los sistemas dinámicos de las ZNI y apropiarse de la investigación, así como desarrollar e innovar los servicios, recursos y las implementaciones energéticas que buscan solucionar problemas.
Teniendo en cuenta los actores vinculados a la cadena de valor y el público al que estaba dirigida la capacitación, la academia debe contemplar a los usuarios como el punto de partida para (i) la estructuración, evaluación y viabilización de soluciones energéticas, (ii) implementar medidas energéticas que mejoren la calidad de vida de las comunidades, (iii) realizar seguimiento y monitoreo a la prestación del servicio, y por último, (iv) hacer el control y verificación de la gestión del conocimiento.
Finalmente se hizo referencia a la necesidad de la inversión privada. Teniendo en cuenta que las Zonas No Interconectadas tienen recursos puramente públicos, se estudia la creación de incentivos que resulten atractivos al sector privado, encaminados a permitir la participación de estos agentes.
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